Ricardo Miró Denis (1883-1940). Poeta, novelista, cuentista y periodista cultural panameño. Secretario Perpetuo de la Academia Panameña de la Lengua desde 1926 hasta su deceso. Autor del poema Patria.
Ricardo Miró Denis nació el 5 de noviembre de 1883 en la ciudad de Panamá, cabecera del departamento colombiano de Panamá, que se separaría de Colombia en 1903. Dos años antes de su nacimiento comenzaron los trabajos del canal francés, que por escasos años propició bonanza económica a la zona de tránsito del Istmo, por donde ya pasaba el ferrocarril transístmico. Poco después de su nacimiento estalló una de las guerras civiles colombianas -la de 1885-, que finalizó con el triunfo de los conservadores, quienes se mantendrían en el poder por un largo período.
Miró quedó huérfano de padre a muy tierna edad, y su madre, Da. Mercedes Denis de Miró, hermana de Da. Amelia Denis de Icaza, se dedicó a la crianza de sus hijos, Gregorio y Ricardo. Bajo su cuidado aprendieron los hermanos las primeras letras, y por razones de trabajo de su progenitora, pasaron parte de su niñez en la isla de Taboga.
Para explicar las condiciones de la educación en la época en el Departamento de Panamá, Rodrigo Miró -hijo de Ricardo Miró- cita en su ensayo Introducción a la Obra poética de Ricardo Miró, escrito en 1937, a Octavio Méndez Pereira, quien señalaba el abandono en que se encontraba la instrucción pública en la época colombiana, por los vaivenes del Gobierno Central.
En 1897, cuando tenía catorce años, Miró marchó a Bogotá para estudiar dibujo y pintura. Asistió durante cinco meses a la Academia de Pintura de Epifanio Garay, padre de los panameños Nicole y Narciso Garay Díaz. Pasó luego al Colegio Menor del Rosario, pero al estallar la La Guerra de los Mil Días en 1899 tuvo que regresar a Panamá, a pie, por Facatativá y Honda, pueblos colombianos que estaban bajo el fuego revolucionario.
Ricardo Miró Denis nació el 5 de noviembre de 1883 en la ciudad de Panamá, cabecera del departamento colombiano de Panamá, que se separaría de Colombia en 1903. Dos años antes de su nacimiento comenzaron los trabajos del canal francés, que por escasos años propició bonanza económica a la zona de tránsito del Istmo, por donde ya pasaba el ferrocarril transístmico. Poco después de su nacimiento estalló una de las guerras civiles colombianas -la de 1885-, que finalizó con el triunfo de los conservadores, quienes se mantendrían en el poder por un largo período.
Miró quedó huérfano de padre a muy tierna edad, y su madre, Da. Mercedes Denis de Miró, hermana de Da. Amelia Denis de Icaza, se dedicó a la crianza de sus hijos, Gregorio y Ricardo. Bajo su cuidado aprendieron los hermanos las primeras letras, y por razones de trabajo de su progenitora, pasaron parte de su niñez en la isla de Taboga.
Para explicar las condiciones de la educación en la época en el Departamento de Panamá, Rodrigo Miró -hijo de Ricardo Miró- cita en su ensayo Introducción a la Obra poética de Ricardo Miró, escrito en 1937, a Octavio Méndez Pereira, quien señalaba el abandono en que se encontraba la instrucción pública en la época colombiana, por los vaivenes del Gobierno Central.
En 1897, cuando tenía catorce años, Miró marchó a Bogotá para estudiar dibujo y pintura. Asistió durante cinco meses a la Academia de Pintura de Epifanio Garay, padre de los panameños Nicole y Narciso Garay Díaz. Pasó luego al Colegio Menor del Rosario, pero al estallar la La Guerra de los Mil Días en 1899 tuvo que regresar a Panamá, a pie, por Facatativá y Honda, pueblos colombianos que estaban bajo el fuego revolucionario.
Lo
favoreció la presencia de los miembros de un contingente mayor que
viajarían al Istmo, quienes le ofrecieron protección para terminar su
periplo. Según informan algunos de sus biógrafos, ya en Panamá trabajó y
tomó clases con el fotógrafo Carlos Endara, y, más tarde, se
incorporó al batallón Colombia, en el cual estuvo inscrito hasta la
víspera de la separación. Después de 1903 ocupó varios cargos en el
servicio civil.
Entonces emergió su vocación poética, y abandonó su anterior afición por la pintura. En 1904, con la publicación de El Heraldo del Istmo, dirigido por Guillermo Andreve, se ofrecía a los intelectuales un espacio para publicar y para conocer las publicaciones extranjeras, capaz de incentivar a un artista como Miró.
En noviembre de 1904, Miró recibió nuevo estímulo, pues triunfó, con tres sonetos patrióticos, en un concurso organizado por El Heraldo del Istmo. En 1906 contrajo matrimonio con Isabel Grimaldo Jaén, y al año siguiente estrenó la revista Nuevos Ritos, dirigida por él; fue nombrado funcionario en la Secretaría de Instrucción Pública, trabó relación con Rubén Darío -quien visitó Panamá en varias ocasiones- y celebró con sus coetáneos la constitución del Ateneo de Panamá. En 1908 vio la luz su primer libro, Preludios, y el gobierno lo nombró en su representación diplomática en Londres, aunque no viajó a Inglaterra (sin que se conozcan las causas), sino que ocupó un consulado de la República.
Vivió en Barcelona, donde frecuentó a intelectuales, y escribió su célebre poema Patria (1909). En marzo de 1910 el gobierno panameño lo nombró cónsul en Marsella, y en 1911 regresó al Istmo. Ese fue su período europeo, al que corresponde una producción altamente valorada y que su hermano Gregorio Miró, encargado de Nuevos Ritos en ausencia suya, publicó en la revista, cuya dirección retomó el poeta al regresar. En 1913 dio a conocer, en El Diario de Panamá, Las noches de babel, novela por entregas. En 1914 fue nombrado jefe de la sección agrícola en la Secretaría de Fomento. En 1916 publicó Segundos Preludios, con la advertencia de que no eran “versos definitivos”; pero aun así, el libro ganó la admiración de la crítica.
En 1917 fue nombrado Secretario de la Gobernación de Colón, y al mismo tiempo publicó La Leyenda del Pacífico, poema vinculado a la tradición hispanista. La administración del Presidente Belisario Porras lo encargó en 1919 de la dirección de los Archivos Nacionales, cargo que ocupó hasta 1927. En 1921 viajó a Perú, como miembro de la delegación panameña a las celebraciones del primer centenario de la independencia de esa nación, y en 1922 regresó a Lima, curiosamente, como representante de un equipo de boxeadores. En 1922 publicó su segunda novela, Flor de María. En 1926, la Academia Panameña de la Lengua, recién instalada, lo nombró Secretario Perpetuo. Durante el período siguiente, editó una selección de versos patrióticos y recitaciones escolares. En 1929 salió a la luz Caminos silenciosos, poemario breve, pero esencial.
En el mismo año dio a conocer El poema de la reencarnación. En 1937 -año en que Rodrigo Miró escribió un ensayo sobre su padre, incluido y puesto al día en Teoría de la Patria-, fue publicado el volumen Antología poética: 1907-1937, que recogía buena parte de la obra de Ricardo Miró. Con el seudónimo de Juan Franco, sirvió la columna De postres, en El Diario de Panamá. El día 2 de marzo de 1940, poco antes del mediodía, murió el poeta, después de un período de tristeza existencial.
Moisés Chong Marín, filósofo panameño, explica en su ensayo Estudio filosófico sobre el poema Patria de Ricardo Miró, las razones de que esa obra haya arraigado en la conciencia colectiva del pueblo panameño. En primer lugar, porque llega a ser una síntesis de las experiencias vividas por la comunidad istmeña. Así, afirma Chong Marín, el poema deja de ser una vivencia personal del autor para convertirse en el soporte de una aspiración y de una manera común de sentir la realidad, en el ser colectivo panameño. Haber creado un poema capaz de reflejar la verdad de un pueblo, expresa Chong Marín, hace de Miró un gran poeta.
Chong Marín también sostiene que el poema respondía a los indicios que se palpaban en la Europa de 1909, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, que significó destrucción y muerte. Inmerso en las circunstancias que convocaban a una conflagración, Patria es el canto a un mundo que termina: su propio mundo, su época.
Mediatizada la alegría de considerarse nativo de un país independiente por la relación de Panamá con Estados Unidos, lo cierto es que, por más de setenta y cinco años, el poema Patria ajustó el modo de pensar del pueblo al estar vinculado necesariamente a la Zona del Canal, y se mantuvo vivo y fuerte en la memoria popular de los negros y los blancos, de los cholos y los no tan cholos, de los indios y los hijos de los chinos, los hebreos, los italianos, los españoles, los griegos, los hindúes, los caribeños e, incluso, los estadounidenses que asistieron a las escuelas panameñas, en donde se enseñó con veneración.
Rodrigo Miró Grimaldo informa en su ensayo Introducción a la obra poética de Ricardo Miró que, como director de Nuevos Ritos, el poeta tuvo que ser también cuentista, crítico y corrector de pruebas.
La poesía de Ricardo Miró es de muy alta calidad, más allá de su significación social y política, como comunicación artística que interpreta el paisaje -particularmente el vespertino o el nocturno-, el amor, la mujer, la solidaridad humana, la cultura hispánica, del modo que su formación y su experiencia le exigían. Es un poeta hondo y auténtico, que reflexiona en los grandes temas que angustian al hombre: la eternidad, el transcurso del tiempo y de los siglos, dentro de una atmósfera expectante. Sus sonetos son, igualmente, modelos de la forma.
Escribió Miró también varios cuentos, recogidos por el periodista Mario Augusto Rodríguez en 1956 en el volumen Cuentos de Ricardo Miró. La Asamblea Nacional, en el marco de las celebraciones por el centenario de la república, en 2003, reeditó las novelas Flor de María y Las noches de Babel.
Entonces emergió su vocación poética, y abandonó su anterior afición por la pintura. En 1904, con la publicación de El Heraldo del Istmo, dirigido por Guillermo Andreve, se ofrecía a los intelectuales un espacio para publicar y para conocer las publicaciones extranjeras, capaz de incentivar a un artista como Miró.
En noviembre de 1904, Miró recibió nuevo estímulo, pues triunfó, con tres sonetos patrióticos, en un concurso organizado por El Heraldo del Istmo. En 1906 contrajo matrimonio con Isabel Grimaldo Jaén, y al año siguiente estrenó la revista Nuevos Ritos, dirigida por él; fue nombrado funcionario en la Secretaría de Instrucción Pública, trabó relación con Rubén Darío -quien visitó Panamá en varias ocasiones- y celebró con sus coetáneos la constitución del Ateneo de Panamá. En 1908 vio la luz su primer libro, Preludios, y el gobierno lo nombró en su representación diplomática en Londres, aunque no viajó a Inglaterra (sin que se conozcan las causas), sino que ocupó un consulado de la República.
Vivió en Barcelona, donde frecuentó a intelectuales, y escribió su célebre poema Patria (1909). En marzo de 1910 el gobierno panameño lo nombró cónsul en Marsella, y en 1911 regresó al Istmo. Ese fue su período europeo, al que corresponde una producción altamente valorada y que su hermano Gregorio Miró, encargado de Nuevos Ritos en ausencia suya, publicó en la revista, cuya dirección retomó el poeta al regresar. En 1913 dio a conocer, en El Diario de Panamá, Las noches de babel, novela por entregas. En 1914 fue nombrado jefe de la sección agrícola en la Secretaría de Fomento. En 1916 publicó Segundos Preludios, con la advertencia de que no eran “versos definitivos”; pero aun así, el libro ganó la admiración de la crítica.
En 1917 fue nombrado Secretario de la Gobernación de Colón, y al mismo tiempo publicó La Leyenda del Pacífico, poema vinculado a la tradición hispanista. La administración del Presidente Belisario Porras lo encargó en 1919 de la dirección de los Archivos Nacionales, cargo que ocupó hasta 1927. En 1921 viajó a Perú, como miembro de la delegación panameña a las celebraciones del primer centenario de la independencia de esa nación, y en 1922 regresó a Lima, curiosamente, como representante de un equipo de boxeadores. En 1922 publicó su segunda novela, Flor de María. En 1926, la Academia Panameña de la Lengua, recién instalada, lo nombró Secretario Perpetuo. Durante el período siguiente, editó una selección de versos patrióticos y recitaciones escolares. En 1929 salió a la luz Caminos silenciosos, poemario breve, pero esencial.
En el mismo año dio a conocer El poema de la reencarnación. En 1937 -año en que Rodrigo Miró escribió un ensayo sobre su padre, incluido y puesto al día en Teoría de la Patria-, fue publicado el volumen Antología poética: 1907-1937, que recogía buena parte de la obra de Ricardo Miró. Con el seudónimo de Juan Franco, sirvió la columna De postres, en El Diario de Panamá. El día 2 de marzo de 1940, poco antes del mediodía, murió el poeta, después de un período de tristeza existencial.
Moisés Chong Marín, filósofo panameño, explica en su ensayo Estudio filosófico sobre el poema Patria de Ricardo Miró, las razones de que esa obra haya arraigado en la conciencia colectiva del pueblo panameño. En primer lugar, porque llega a ser una síntesis de las experiencias vividas por la comunidad istmeña. Así, afirma Chong Marín, el poema deja de ser una vivencia personal del autor para convertirse en el soporte de una aspiración y de una manera común de sentir la realidad, en el ser colectivo panameño. Haber creado un poema capaz de reflejar la verdad de un pueblo, expresa Chong Marín, hace de Miró un gran poeta.
Chong Marín también sostiene que el poema respondía a los indicios que se palpaban en la Europa de 1909, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, que significó destrucción y muerte. Inmerso en las circunstancias que convocaban a una conflagración, Patria es el canto a un mundo que termina: su propio mundo, su época.
Mediatizada la alegría de considerarse nativo de un país independiente por la relación de Panamá con Estados Unidos, lo cierto es que, por más de setenta y cinco años, el poema Patria ajustó el modo de pensar del pueblo al estar vinculado necesariamente a la Zona del Canal, y se mantuvo vivo y fuerte en la memoria popular de los negros y los blancos, de los cholos y los no tan cholos, de los indios y los hijos de los chinos, los hebreos, los italianos, los españoles, los griegos, los hindúes, los caribeños e, incluso, los estadounidenses que asistieron a las escuelas panameñas, en donde se enseñó con veneración.
Rodrigo Miró Grimaldo informa en su ensayo Introducción a la obra poética de Ricardo Miró que, como director de Nuevos Ritos, el poeta tuvo que ser también cuentista, crítico y corrector de pruebas.
La poesía de Ricardo Miró es de muy alta calidad, más allá de su significación social y política, como comunicación artística que interpreta el paisaje -particularmente el vespertino o el nocturno-, el amor, la mujer, la solidaridad humana, la cultura hispánica, del modo que su formación y su experiencia le exigían. Es un poeta hondo y auténtico, que reflexiona en los grandes temas que angustian al hombre: la eternidad, el transcurso del tiempo y de los siglos, dentro de una atmósfera expectante. Sus sonetos son, igualmente, modelos de la forma.
Escribió Miró también varios cuentos, recogidos por el periodista Mario Augusto Rodríguez en 1956 en el volumen Cuentos de Ricardo Miró. La Asamblea Nacional, en el marco de las celebraciones por el centenario de la república, en 2003, reeditó las novelas Flor de María y Las noches de Babel.
El concurso anual de literatura, en las secciones de cuento, poesía, ensayo, novela y teatro, ofrece cinco premios con el nombre de Premio Ricardo Miró. También un primer ciclo de la escuela básica, ubicado en el Corregimiento de Pueblo Nuevo, en la ciudad de Panamá, lleva su nombre.