lunes, 29 de agosto de 2011

El Pacto

El diablo se acercó y le dijo:
Mira bien querido, todo esto es tuyo. El edificio y el penthose en que vives  .
Tu vista hasta donde alcanza tu mirada,la bahía y los barcos.
Las luces y las calles desde donde no te llega palabra ni te perturba ruido.
Todo tuyo.
Y el país:
País sensual de junglas ,mares y ríos ,de carna vales ,desfiles y reinas.
Pero, ¿podrás apartar un segundo tu problema y considera qué habría sidode ti sin mí,si te hubiera nacer por ejemplo en Etiopía?¿O en Somalia?
Con suerte sólo hoy te faltarían las piernas.
O haber nacido hutus o tutsi. Pero, olvida el tumor un segundo y agradece,porque esa alternativa es la del caminante,no la del conductor de autos deportivos.
Como tú.
Imagina: tú y tu madre, caminando, caminando tú pegado a lo que queda de su falda y con un vacío en el estómago que ya dejó de ser hambre para convertirse en plomo que cargas en tu panza abultada mientras caminas y caminas , descalzo y sin pantalones ,tu pene bamboleándose contra tu ombligo ,lo
que queda de tu camisa pegado a tu piel mientras el sol te cocina el cerebro  y tu madre te empuja hacia adelante ,siempre hacia adelante ,porque
detrás de ti vienen los tutsis o los hutu, con su necesidad de matarte ,a ti y a tu madre y a los miles como tú que caminan y caminan ,sin rumbo fijo pero ganando espacio entre los hutus o los tutsis, porque pararse es la muerte a pedazos, porque los hutus o los tutsis no gastan balas, es el machete, que te tasajea y te deja para los perros y buitres.

Imagínate con tu panza y tus ojos hinchados, pero por encima del pánico el sentimiento de que todo saldrá bien porque, después de todo, vas con tu madre, ¿no? Pegado a lo que queda de su falda, agarrado a ella con toda la
fuerza de tu pequeña mano y ajeno a que tu madre muestre al mundo su intimidad  polvorienta.

Pero no agradeces nada. Porque tú te puedes imaginar en cualquier parte menos en sitios así. Nunca has pensado en la menor solidaridad porque,después de todo, esos negritos se lo tienen merecido , ¿no? Como los indios.

Pero tú solo te mereces lo mejor. Y únicamente te puedes imaginar en Miami , o New York. A veces en París o Roma pero ,de tanto copiarse a los gringos esos europeos no te dicen gran cosa.
Aunque últimamente sólo te imaginas en Houston ,Texas.
Y las mujeres: Todas tuyas.
Desde la negra como la noche hasta la blanca como la luz .Tuyas.

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